miércoles, 15 de octubre de 2014

¿Qué es lo que vienes a enseñarme Malala?

Foto: By Russell Watkins/Department for International Development. (https://www.flickr.com/photos/dfid/14714344864/) [CC-BY-2.0 (http://creativecommons.org/licenses/by/2.0)], via Wikimedia Commons

He decidido dedicar un tiempo para reflexionar y regalar mis pensamientos a una de las personas más valiosas que pisan actualmente este mundo.

Malala, Si en algún momento llegas a leer estas líneas quiero decirte que es un honor para mí vivir en el mismo planeta que tú. Voy a intentar aprender algo de tu coraje y valentía para tratar de ayudar a salvarlo.


Para contextualizar un poco, Malala Yousafzai es una niña paquistaní de 17 años que, a tan corta edad, se ha convertido en la persona más joven de la historia en ganar un premio nobel.

El pasado 10 de Octubre le fue otorgado el premio nobel de paz por su lucha por la defensa del derecho a la educación de las niñas, derecho que le fue arrebatado cuando un grupo talibán que dominaba su región decidió prohibir el estudio para la niñas.

Ella, a los 14 años, los desafió y fue víctima de un atentado que casi le cuesta la vida.
Malala compartía sus pensamientos y vivencias bajo el régimen en su blog de la BCC con el seudónimo de Gul Makai; empezó a hacerlo a los 11 años. A los 11 años empezó a dejar su huella. Hoy, a los 17, y después de que la estupidez humana con dos disparos en la cabeza intentara apagar su brillante destino, no cultiva el odio y la venganza; en su lugar tiene una grandiosa fundación en nombre en de la paz y los derechos civiles.

No voy a escribir sobre como formar niños como Malala. Sería un irrespeto a su dura historia de vida pensar que puedo decirles como replicar tan magnífica persona en “condiciones de laboratorio” en la sala de nuestra casa.

Lo que quiero en estas líneas es escribir sobre lo que puedo aprender de ella y procuraré enseñarlo a mi hijita.

En primer lugar no hablaré nada sobre la tragedia de Malala, pues su primera enseñanza es que la adversidad se supera y aunque es víctima, ella misma no se victimiza, crece y florece en la adversidad.

La segunda enseñanza que recojo es que en un mundo donde las niñas tienen como modelo a princesas que deben ser rescatadas por príncipes encantadores, existen grandes ejemplos de empoderamiento. Con su bella mente Malala no solo no espera ser rescatada, se rescata a sí misma; sola y valerosa decide ir aún más allá y rescatar a su semejante.

Que la guerra no se combate con guerra, ni el odio con el odio. Esa es la tercera enseñanza, una ecuación simple y profundamente lógica que impregna su pensamiento, no hay forma de apagar el fuego con más fuego.

La cuarta es que no hay edad para cambiar el mundo. Muchos de nosotros sentimos que nunca tenemos la suficiente edad para cambiar al menos nuestras propias vidas. Siempre se está en el momento justo para seguir los sueños y los anhelos aunque no nos sintamos seguros y que tampoco importa la edad para ponerles un gran tamaño.

Una quinta enseñanza es su incondicional amor por el conocimiento; ese que la hace libre y que es la prueba de que es la más poderosa arma contra el odio y la injusticia que vician nuestro mundo. Que la opresión existe en la cabeza y solo estas a un libro de eliminarla.

Y la sexta y más importante es que debo luchar por un mundo donde nosotros como adultos cuidemos a todos los niños. Debo construir un mundo en el que otras niñas como Malala no se ganan el premio nobel de paz, porque su única preocupación en la niñez es la de ser niñas.

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