La buena crianza no busca que tus hijos
sepan solamente como conseguir cosas materiales, busca también que
puedan encontrar su propósito en el mundo.
Estamos inmersos en una cultura donde
los objetivos están cimentados en la construcción de bienes
materiales y abandonamos completamente la formación de personas que
disfrutan su espacio en el mundo y el gozo de crecer interiormente.
Las personas que desarrollan algún
grado de altruismo son mas felices que las que no lo hacen. Además,
si enseñas a tus hijos a entenderse como seres compasivos les
estarás regalando el don de la contemplación, que hará que
disfruten el camino que recorren y no sufrirán de ansiedad por lo
lejanas que puedan parecer sus metas.
Mira la siguiente historia que nos deja
una muy bonita lección de vida.
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