martes, 26 de agosto de 2014

Entiendo mi cerebro y mis emociones para entender las de mis hijos? – Serie: La inteligencia Emocional de mis Hijos (Parte dos)

“El coeficiente intelectual solo predice del diez al veinte por ciento del éxito, eso deja  el ochenta restante a la suerte y a lo que los padres hagan durante el crecimiento por la inteligencia emocional” – Daniel Goldman, Autor del libro Inteligencia Emocional-


Para poder desarrollar la inteligencia emocional en nuestro hijos es necesario, primer, entender el concepto y hacer una autoevaluación sobre nuestras propias emociones, somos su principal referente y si no ven en nosotros el manejo de las emociones, tampoco lo harán ellos.

Lo primero que debemos saber es que la inteligencia emocional está condicionada a redes neuronales específicas que han sido identificadas y que, básicamente, gestionan la comunicación entre la razón y la emoción para poder tomar decisiones. Por esta razón, la inteligencia emocional no trata sobre reprimir nuestras emociones, trata sobre la plena identificación que se haga de ellas para poder controlar los impulsos indeseables que se le asocian y al someterles a la razón, convertirlas en una poderosa herramienta para la vida.

Para entender un poco mejor este punto veamos el siguiente video:



Teniendo en cuenta estos conceptos, podemos explorar la forma cómo gestionamos nuestras respuesta emocionales frente a la vida, entenderlo y hacerlo consciente nos permitirá cultivar en nuestros hijos las habilidades necesarias para que maduren su propia inteligencia emocional.

Existen conexiones entre el sistema límbico, encargado de gestionar nuestras emociones, y la corteza cerebral, pero si no somos conscientes de las emociones que estamos experimentando, lo más posible, es que pasen por nuestra corteza sin que se surta ningún tipo de reflexión en torno a la respuesta que debemos dar, resultando en la manifestación de esos impulsos indeseables. En algunos casos se manifestarán como falta de seguridad y asertividad social dejando a nuestros niños vulnerables al matoneo o bullying, en otros casos como respuestas violentas que convierten al niño en el victimario en el matoneo.

Si se genera una cultura de la educación en la inteligencia emocional, y nosotros como padres nos convertimos en multiplicadores de este mensaje, se podría llegar a impactar la sociedad para buscar mitigar en cierta medida casos aterradores y extremos como el suicidio por causa de la depresión o  las masacres escolares por cuenta de adolescentes en crisis emocionales. Seríamos una cultura del entendimiento y la prevención a nivel emocional en lugar de una sociedad punitiva y castigadora hacie el acto generado por un impulso sin control.

Siendo menos extremistas, este desarrollo consciente de la aplicación de la razón en las emociones, al educar a nuestros hijos para identificarlas y someterlas al análisis racional, podrán mejorar inmensamente en sus habilidades sociales, serán niños que saben trabajar en equipo, solidarios, que entienden sus emociones y las potencian como seguridad, asertividad y empoderamiento de sus habilidades. Esto permitirá, básicamente, que puedan usar y poner en contexto sus conocimientos y su creatividad, y que crean firmemente a creer en sus ideas y su capacidad para llevarlas a cabo.

Si desea consultar los otros artículos de esta serie puede ir a la sección de educación emocional y afectiva

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